La Organización Mundial del Comercio (OMC) aceptó el miércoles zanjar el diferendo comercial que opone a Estados Unidos con la Unión Europea y México, China, Rusia y Noruega, que denuncian los aranceles estadounidenses a la importación de acero y aluminio.
La organización, con sede en Ginebra, también se comprometió a pronunciarse sobre la demanda de Washington sobre “algunas medidas chinas sobre la protección de los derechos de propiedad intelectual”.
En el caso sobre el acero y el aluminio, los expertos del Órgano de Solución de Diferencias (OSD) deberán pronunciarse sobre los aranceles estadounidenses.
A petición de Estados Unidos, los expertos de la OMC deberán también pronunciarse sobre la legalidad de diversas medidas de represalia tomadas los últimos meses por la UE, Canadá y China contra los productos estadounidenses.
Washington impuso los últimos meses nuevos aranceles de 10% al aluminio y de 25% al acero de varios de sus socios comerciales, muchos de ellos adoptaron medidas de represalia.
Estados Unidos fundamenta su decisión invocando una legislación comercial estadounidense rara vez utilizada: el artículo 232 que autoriza a limitar las importaciones de algunos productos para proteger la seguridad nacional.
La OMC debe ahora crear paneles de expertos a cargo de analizar las diferentes demandas.
Las decisiones de la OMC se publican generalmente un año después de que sean comunicadas a las partes, y pueden ser apeladas.
El órgano de apelaciones del OSD se encuentra actualmente paralizado ya que Estados Unidos se rehusó a nombrar nuevos jueces. Si la situación persiste, el tribunal arbitral podría encontrarse imposibilitado hasta fines de 2019.