El sistema gasista español acabará con su déficit histórico en 2023, ocho años antes de lo previsto

18 abril 2018
El sistema gasista español alcanzará este año superávit, lo que le permitirá acelerar el pago de su déficit histórico y acabar con él en 2023, ocho años antes de los previsto, según el informe ‘Retos y oportunidades del sector gasista en el contexto de la transición energética’ del PwC.
Según el estudio, tras la reforma regulatoria de 2014 el sistema gasista se encuentra ya en equilibrio, a pesar de los pequeños desajustes que existieron en 2015 y 2016 debido al efecto sobre la demanda doméstica por el hecho de que ambos años fueron cálidos.
Así, en 2018 se generará ya superávit debido, principalmente, al comportamiento positivo de la demanda, que en los primeros meses del año está siguiendo un comportamiento positivo, así como a la sentencia sobre el almacenamiento subterráneo de Castor, que hace que para este año no se prevea que forme parte de las liquidaciones de costes sistema gasista, lo que supone un impacto de 90 millones de euros de menor coste para el sistema.
Según PwC, la sostenibilidad económica del sistema gasista ha permitido al regulador congelar los peajes de acceso desde 2014, o lo que es lo mismo, reducir los peajes en 2% en términos reales sitenemos en cuenta la inflación.
De esta manera, en 2023, con la generación de un superávit anual del entorno de 300 millones de euros una vez se haya repagado la deuda histórica pendiente, permitiría reducir los peajes hasta un 10%, o mejorar la retribución de las actividades reguladas como se ha producido en otros países de nuestro entorno, considera el informe.
LAS RETRIBUCIONES MÁS BAJAS DE EUROPA
A este respecto, el documento destaca que la reforma del sector del gas natural y la consiguiente contención de costes ha traído consigo que las retribuciones de las actividades de redes sean de las más bajas de Europa.
Así, señala que, tanto en transporte como en distribución, la retribución media por punto de suministro en España se sitúa sensiblemente por debajo de la media europea, siendo un 11% y 20% inferior, respectivamente.
Además, el documento identifica al gas natural como un vector “indispensable” para abordar de forma eficiente el necesario cambio de modelo energético en España, ya que contribuye a los objetivos medioambientales de reducción de gases de efecto invernadero, a la vez que puede ser una vía para reducir la factura energética.
“Nos enfrentamos al reto de transformar nuestro modelo energético para cumplir los objetivos medioambientales sin comprometer el crecimiento de la economía y la garantía de suministro. En este contexto, el gas natural se presenta como la alternativa más madura para atajar el problema de la contaminación, ya que puede sustituir a otras fuentes más contaminantes sin desarrollar infraestructuras adicionales”, indicó el socio líder del sector de Energía en PwC, Carlos Fernández Landa.
A este respecto, el documento señala que el último informe sobre transición energética de la Comisión de Expertos designada por el Gobierno espera para el gas natural el mayor crecimiento en consumo de energía final, duplicándose desde los 150 teravatios hora (TWh) en 2015 a más de 300 TWh en 2030 y pasando a ser el principal consumo de 2030, por delante de la electricidad y de los productos derivados del petróleo.
Según el estudio de PwC, las compañías del sector invierten unos 600 millones de euros al año en infraestructuras, lo cual ha permitido disponer de capacidad suficiente para absorber incrementos de demanda futuros.
RECORRIDO EN EL SEGMENTO DOMÉSTICO
De esta manera, el estudio valora que en España el gas natural cuenta aún con recorrido en el segmento doméstico, debido a su gran competitividad frente a otros productos petrolíferos, especialmente en zonas frías, ya que su penetración se sitúa en el 30%, muy por debajo de países con climatología comparable como Italia (88%) o Francia (39%).
En lo que respecta a la industria, el gas natural es también insustituible, ya que nutre el 30% de la demanda energética de los segmentos industriales más intensivos en consumo energético, que representan un 6% del PIB, indica el estudio.
En lo que se refiere a la factura de gas en España, PwC considera que lo que paga un consumidor doméstico (98 euros por MWh) es “competitivo” respecto al resto de Europa, lo cual no ocurre con otros productos energéticos como la electricidad o los hidrocarburos.
Así, señala que el gas supone un 2% del gasto total de un hogar en España, al nivel de la electricidad (2,5%), la gasolina (5%) o la telefonía y comunicaciones (3%).
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