El Consejo Europeo aprobó ayer la propuesta de la Comisión Europea de imposición de medidas definitivas de salvaguardia a la importación en la Unión Europea de productos siderúrgicos. Las medidas aprobadas entrarán en vigor antes del 4 de febrero, fecha en que expiran las medidas provisionales, adoptadas el pasado mes de julio.
Aunque las medidas provisionales se tomaron analizando el periodo 2015-2017, la reciente investigación la Comisión Europea confirma que las importaciones han continuado creciendo durante el pasado año 2018. Asimismo, dicha investigación de la CE constata un descenso brusco de las importaciones en Estados Unidos y señala la posible continuidad de este fenómeno de desviación de los flujos de acero desde Estados Unidos hacia la Unión Europea. La situación, en palabras de la propia CE, pone a la industria siderúrgica europea “bajo seria amenaza de daño”.
UNESID comparte este análisis y valora muy positivamente la decisión de convertir las medidas provisionales en definitivas. Agradece especialmente al Gobierno de España el trabajo realizado durante estos meses y especialmente la adición de algunos productos no incluidos anteriormente, como ciertos tubos sin soldadura. Las nuevas medidas incluyen también modificaciones orientadas a garantizar el suministro de los sectores que utilizan el acero, como incluir cuotas específicas para los principales países o establecer periodos trimestrales para el cálculo de algunas de estas.
Las medidas permiten la entrada sin arancel de productos hasta completar una cuota que será superior a la media de los años 2015-2017. Solo cuando se supera esa cuota se gravan las importaciones con un arancel del 25%. Durante 2018, bajo las medidas provisionales, las cuotas solo se han completado en un número limitado de productos y al final del periodo. UNESID, por tanto, ve claro que las medidas de salvaguardia no suponen una restricción ni limitan los flujos de importación tradicionales que podrán continuar en los próximos años como hasta ahora.
Algunas de las medidas aprobadas podrían haberse diseñado con mejor acierto, especialmente el aumento anual de la cuota en un 5% o el tratamiento a países que se autodeclaran en vías de desarrollo pero cuya cuota de importación es relevante, mayor del 3%. Aun así, UNESID confía en que durante su vigencia hasta 2021, las medidas sirvan para evitar aumentos injustificados de importaciones que causen un daño mayor a la industria europea, y espera que se puedan mejorar en caso de resultar insuficientes.