CECIMO – la Asociación Europea de Industrias de Máquina Herramienta y Tecnologías de Fabricación relacionadas – aplaude los esfuerzos de la Comisión Europea para lograr una cooperación reglamentaria y la desaparición de las barreras no arancelarias en el acuerdo comercial previsto entre la UE y los EEUU para productos industriales. Las máquinas herramienta son una tecnología instrumental clave sin la cual no sería posible ningún proceso de fabricación.
Como tanto la UE como los EEUU importan máquinas herramienta con aranceles muy bajos o nulos, las barreras no arancelarias suponen los principales obstáculos para el comercio con los EEUU. La falta de reciprocidad en las evaluaciones de conformidad entre las normas y organismos de certificación de la UE y aquellos de los EEUU (en el ámbito federal y estatal) entrañan importantes costes financieros y administrativos para las empresas, especialmente las pymes.
También se deberían abordar otras cuestiones como los visados para personal de servicio y las normas de responsabilidad de productos excesivamente protectoras en los EEUU, sin que se reduzcan las exigencias de calidad del producto. Sin embargo, para garantizar que haya avances en las conversaciones comerciales, el ámbito de las negociaciones debería centrarse en productos industriales y evitar sectores cuya inclusión solicitó el Parlamento Europeo durante su votación del 19 de febrero.
“Los responsables políticos europeos tienen que garantizar que se prioricen los intereses de los fabricantes europeos de máquinas herramienta y que las tecnologías manufactureras europeas mantengan su posición competitiva en el mercado global”, afirma Dr. Roland Feichtl, miembro de la Junta Supervisora de KRAUSECO Werkzeugmaschinen GmbH y presidente de CECIMO.
Marcus Burton, consejero no ejecutivo de Yamazaki Mazak y presidente del Comité Económico de CECIMO, explica que “centrar las conversaciones comerciales en productos industriales y armonización reglamentaria para máquinas herramienta en particular será clave a la hora de resucitar la relación comercial transatlántica entre las dos mayores economías del mundo, así como para reconstruir la confianza empresarial en el comercio global”.
En julio de 2018, el presidente estadounidense Donald Trump y el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker se reunieron para explorar una posible relación comercial transatlántica en medio de tensiones comerciales agravadas a raíz de la imposición de aranceles por parte de los EEUU sobre el acero y el aluminio, así como por la amenaza de aranceles a la importación de automóviles europeos. En septiembre de 2018 se creó un ‘Grupo de Trabajo Ejecutivo’, presidido conjuntamente por la comisaria de comercio de la UE Cecilia Malmström y el representante comercial de los EEUU Robert Lighthizer, con el fin de identificar pasos concretos hacia la cooperación reglamentaria. Al final de enero de 2019 se publicó el Informe Provisional del Grupo, que proporciona un resumen de los hitos en las conversaciones.