La Comisión Europea ha anunciado una multa de 68 millones de euros a tres empresas del sector del reciclado de baterías para coches –Campine (Bélgica), Eco-Bat Technologies (Reino Unido) y Recyclex (Francia)–, por pactar precios de compra de residuos en los mercados de Alemania, Francia, Bélgica y Holanda entre 2009 y 2012. Bruselas ha perdonado una multa de cerca de 35 millones de euros a una cuarta empresa implicada, la estadounidense Johnson Controls, por su colaboración durante la investigación. En cuanto a las compañías sancionadas, Eco-Bat deberá pagar 32,7 millones de euros, tras serle reducida la multa a la mitad por su colaboración; Recyclex pagará 26,7 millones de euros, después de una rebaja del 30 %; y la belga Campine deberá pagar el 100% de la multa de 8,1 millones de euros que le ha impuesto Bruselas, por no cooperar. Las empresas se dedican al reciclaje de plomo y Bruselas sostiene que participaron en un acuerdo ilegal para la compra de baterías usadas de plomo-ácido en chatarrerías, mediante la coordinación de sus prácticas tarifarias, con el único fin de conservar márgenes de beneficios más elevados. Como consecuencia, las compañías acusadas redujeron los precios pagados a los chatarreros, que por lo general son pequeñas y medianas empresas. Después, revalorizaban los residuos con su tratamiento y reciclado y vendían el plomo a fabricantes de baterías. La investigación de la Comisión comenzó con inspecciones por sorpresa en septiembre de 2012 y la investigación formal se abrió en junio de 2015. “No podemos tolerar un comportamiento que daña la competencia como este, en el que unas empresas se pusieron de acuerdo para maximizar los beneficios que obtenían del reciclado de los residuos de las baterías”, ha advertido la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager.