El Gobierno ha aprobado el que constituye su mayor rescate hasta ahora con el llamado Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas al aprobar 550 millones para el grupo siderúrgico catalán Celsa como ha solicitado la Generalitat de Cataluña. El Consejo Rector del Fondo no espera a un acuerdo entre la familia propietaria Rubiralta y los acreedores, entre los que se encuentra Deutsche Bank, y ha aprobado ya la operación, según un comunicado de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi).
“La operación ha sido aprobada por el Consejo Gestor del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas tras un exhaustivo y riguroso proceso de análisis de la situación económica y jurídica de la empresa, del impacto que ha sufrido por el COVID y del plan de viabilidad de CELSA España (Barna Steel S.A. y sus 13 filiales españolas operativas), de la reestructuración de la deuda con sus acreedores, así como de las perspectivas de evolución de la compañía y de las garantías aportadas para asegurar la devolución del apoyo financiero público temporal que va a recibir”, asegura el comunicado. Celsa se encontraba muy endeudada antes de la pandemia, pero la Sepi considera que no estaba en crisis antes de 2020, requisito indispensable para poder acogerse al fondo. La ayuda se orquesta “a través de la concesión de un préstamo participativo por importe de 280,5 millones y otro ordinario de 269,5 con cargo al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas (FASEE)”.
Según el comunicado de la Sepi, el montante es tan elevado que requerirá un examen de Bruselas para que el Gobierno pueda poner un sello final. “La conclusión de la operación requerirá de la autorización del Consejo de Ministros, previa validación de la Comisión Europea”.
Justifica el rescate porque “Celsa genera 33.000 empleos directos, indirectos e inducidos en siete comunidades autónomas.