El biometano español podría cubrir el 45% de la demanda nacional de gas natural

5 junio 2023

El objetivo de la descarbonización total de la economía presenta importantes retos, que pasan por la aceleración de la electrificación a partir de energías renovables. Sin embargo, se calcula que en España al menos un 40% de las emisiones de CO2 no tienen alternativa electrificable. Es el caso de sectores como el del transporte pesado o aquellos que requieren calor industrial. En estas situaciones, los gases renovables, como el biometano o el hidrógeno verde, se presentan como la alternativa más eficiente.

Se trata de una fuente de energía verde con balance nulo de emisiones que se obtiene a partir del tratamiento de los residuos urbanos, agrícolas, ganaderos y de la industria agroalimentaria, así como de la depuración de las aguas residuales. La reutilización de estos para generar biometano evita la emisión de 8,3 millones de toneladas de metano que, de otra manera, se liberarían a la atmósfera de forma natural por propia descomposición de los residuos.

De hecho, el biometano puede inyectarse en las redes de distribución de gas ya existentes y emplearse para los mismos usos que el gas natural en hogares, industrias, comercios y también para movilidad en el transporte.

Potencial de España como centro gasista europeo
Una de las claves en la apuesta por el biometano para la transformación del mix energético a corto plazo es la posibilidad de producirse de forma autóctona, reduciendo la dependencia energética del exterior.

En este sentido, el Plan REPowerEU de la Comisión Europea le otorga un papel protagonista en la consecución de los objetivos de independencia energética europeos, ampliando hasta los 35.000 millones de metros cúbicos el objetivo comunitario de producción para 2030.

En España, Naturgy es la compañía pionera en el desarrollo del biometano y desde hace años desarrolla proyectos innovadores para reducir los costes de producción e impulsar la inyección de los gases renovables en la red de gas. La compañía destaca el valor estratégico del biometano en la transición energética e impulsa su desarrollo a través de su cadena de valor, desde la gestión del residuo y la producción del biogás, hasta la distribución y comercialización del biometano.

Nuestro país cuenta con un gran potencial productivo para convertirse en el futuro centro gasista europeo, que conllevaría la puesta en marcha de 2.326 plantas especializadas a lo largo de todo el territorio, con una inversión asociada estimada de 40.500 millones de euros y una producción de 62.000 empleos, entre directos e indirectos, asociados a su operación y mantenimiento.

Esta es una de las principales conclusiones del “Estudio de la capacidad de producción de biometano en España” elaborado por la Asociación Española del Gas, Sedigas, en colaboración con PwC y la consultora especializada Biovic, con el objetivo de analizar el potencial nacional de este gas renovable y aportar conocimiento que ayude en la definición de sus planes de desarrollo y en la estrategia nacional de descarbonización.

El potencial de producción de biometano de España permitiría cubrir en torno al 45% de la demanda nacional de gas natural, cuyo desarrollo podría suponer un ahorro de unos 4.000 millones de euros a los consumidores en su factura energética en 2022.

Proyectos de Naturgy
Este gas renovable proporciona gran flexibilidad, lo que permite aprovechar la extensa infraestructura gasista de transporte y distribución existente, reduciendo el esfuerzo inversor y de adaptación.

Nedgia, la distribuidora de gas del grupo Naturgy, tiene en cartera más de 170 solicitudes para inyectar un volumen de gas renovable en su red superior a los 6,5 Twh, el consumo anual de 1,3 millones de hogares.

Naturgy ya posee dos plantas de biometano y este año comenzará a producir gas renovable en la planta de Vila-Sana, que se convertirá en la tercera instalación que opera comercialmente en España. La planta, ubicada en la explotación ganadera de Porgaporcs, generará biometano y evitará la emisión a la atmósfera de cerca de 2.500 toneladas de CO2 al año, inyectando 11,5 Gwh/año a la red de distribución de gas.

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