De acuerdo con el último informe difundido por Crédito y Caución, la producción mundial de automóviles y componentes crecerá en el entorno del 10,6% en 2023, un repunte vinculado a la mayor estabilidad de la cadena de suministro y a la gestión de los pedidos pendientes. Sin embargo, la aseguradora de crédito prevé que la producción se ralentice hasta el 2% en 2024, a medida que la debilidad de la demanda se apodere de la industria, especialmente en las economías avanzadas, donde la persistencia de los elevados tipos de interés ha puesto bajo presión la renta disponible y la capacidad de endeudamiento de los hogares. En Europa, la previsión de crecimiento del sector para 2023 es del 13%, pero las carteras de pedidos han empezado a disminuir sustancialmente en los últimos meses, lo que anticipa una brusca desaceleración de la producción y las ventas en 2024.
En este contexto de debilidad de la demanda, las ventas de vehículos híbridos y eléctricos están cobrando impulso: Crédito y Caución prevé que representen el 59% de las ventas mundiales de vehículos ligeros en 2030, frente al 10% en 2020. La Ley de Reducción de la Inflación apoyará las ventas de vehículos eléctricos en Estados Unidos y en China la transición hacia el vehículo eléctrico mantiene también un fuerte dinamismo. En Europa, los elevados precios actuales y la falta de infraestructuras de recarga hacen que los vehículos eléctricos sean menos atractivos a corto plazo, pero este segmento crecerá con fuerza a medio y largo plazo. Crédito y Caución prevé que la producción de vehículos eléctricos híbridos y ligeros en la eurozona alcance el 80% de la producción total en 2027, por encima de los niveles mundiales.
El aumento de las clases medias en los mercados emergentes, especialmente en Asia, será uno de los pilares del futuro crecimiento global del sector. Otros puntos fuertes que generarán nueva demanda son la progresiva implantación de tecnologías de conducción autónoma y el lanzamiento de nuevas gamas de transporte sostenible, con una previsible bajada de precios, incentivos a la compra y políticas de reducción de CO2.
Entre los riesgos críticos para la automoción, la aseguradora de crédito señala a la inflación tenazmente alta y la posible escasez de componentes: el sector es vulnerable a los riesgos geopolíticos, ya que depende de una red mundial de proveedores sensible al proteccionismo, los aranceles y las interrupciones de la cadena de suministro. Además, la alta densidad de vehículos y el envejecimiento de la población anticipan una disminución de la demanda futura.
El abandono de los motores de combustión interna remodelará la industria y su estructura competitiva en Europa. Esto supondrá un gran reto para la mayoría de los pequeños y medianos proveedores y perturbará sus riesgos de crédito. Los fabricantes de componentes de motores de combustión tendrán que evolucionar o enfrentar el cierre y los grandes fabricantes del mercado tradicional verán perturbado el mercado por la aparición de nuevos competidores entre empresas tecnológicas y start-ups.