La Comisión Europea planteó el pasado jueves cambios en las normas comunes que se aplican a los vehículos al final de su vida útil y sobre la reutilización y reciclado de componentes para “mejorar la circularidad del sector del automóvil”, con ideas como exigir que al menos un 25% del plástico utilizado en la fabricación de nuevos vehículos sea reciclado o mejoras en el diseño para facilitar un desguace más sostenible de los mismos.
El comisario de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevicius, por su parte, ha destacado que la propuesta de que los vehículos sean “circulares” desde el momento de su diseño ayudará a que al concluir su vida útil se conviertan en una “fuente de piezas de recambio valiosas, materias primas fundamentales y otros recursos clave, como el plástico reciclado de alta calidad y el acero”.
De este modo, ha añadido, la industria europea del automóvil será más sostenible y tendrá mayor capacidad de resistencia, reducirá su dependencia de las materias primas primarias y de la energía, impulsará el sector del reciclado de la UE y mejorará los mercados de piezas de recambio usadas y materiales secundarios.
Así, entre las propuestas de Bruselas figura que los fabricantes tengan que proporcionar instrucciones “claras y detalladas” para desmontar los vehículos que producen y sobre cómo retirar y reemplazar piezas y otros componentes.
En cuanto al reciclado, los servicios comunitarios plantean que el 25 % del plástico utilizado para fabricar un vehículo nuevo sea reciclado y que al menos una cuarta parte de ese porcentaje se obtenga de otros vehículos apartados de la circulación. Otro objetivo apuntado es garantizar que se recicla al menos el 30% del plástico presente en los vehículos cuando acaban su vida útil y apoyar a los talleres de reparación para la comercialización de piezas de recambio.
Otro pilar de la propuesta tiene que ver con una mayor transparencia en el proceso y más rigor en las inspecciones para favorecer un seguimiento preciso del vehículo, prever multas para los incumplidores de las nuevas normas y la prohibición de exportar a terceros países más laxos aquellos vehículos que no están autorizados a circular en la UE.
Bruselas espera que la nueva norma, cuya versión definitiva deben aún negociar los Veintisiete y la Eurocámara, amplíe gradualmente el alcance de su aplicación para que en el futuro cubra también otras categorías que el coche, como las motocicletas, camiones y autobuses. EP